viernes, 18 de abril de 2014

Mi primer Viaje a Asia: India, una explosión para los sentidos


¿Qué si sabía a dónde iba?, Eso creía….

A pesar de haberme documentado, leer libros y ver películas, no tenía ni la menor idea de lo que me iba a encontrar, ver y sentir, pues como el título indica, India fue mi primer país en Asia.
Al llegar al aeropuerto: visados, control de pasaportes, baño…bien; y salí decidida a fumarme un cigarro a la calle, entonces lo sentí:
No sabría explicarlo exactamente, fue brutal, abrumador, una explosión de todos los sentidos me sobrecogió.

Primero una manta muy pesada de calor cayó sobre mi cuerpo y atontó mi mente. Luego noté cientos de ojos enormes mirándome, fijamente, perplejos. Mientras, los míos intentaban asimilar tantas caras, tantas miradas, tantos colores, tanta vida.
Las especias y los aromas de sus cocinas son los olores de la India, que se mezclan con los del fango y la suciedad, los inciensos, aceites y flores, sumándose al ruido continuado que conlleva la vida.

Eran las 4 de la mañana en Bombay, y ni la Gran Vía en Navidad, era tal la multitud, la intensidad de las sensaciones, que te  sientes flotar dentro de una burbuja.
“¿Existe otro lugar donde sea mayor la agresión a nuestros sentidos?”
“India es como una ola, si te resistes, te arrastra pero si te zambulles…llegarás nadando a la otra orilla”. (El exótico Hotel Marigold)

Al llegar a un poblado nómada cerca de Jaisalmer, un grupo de niños se abalanzó sobre nosotros, sus ojos brillaban, sus dientes resplandecían entre sus enormes sonrisas doradas y qué sonrisas, son esas que te alegran el alma. Tocaban mis dedos, mis uñas, los más atrevidos abrían mis párpados para verme bien los ojos, me tocaban el pelo y hasta curioseaban los agujeros de mis orejas; tenían tanta hambre por conocer lo extranjero como la que tenía y tengo yo.
Irónicamente, India provocó en mí un hambre insaciable de viajar más, de descubrir nuevas formas de ver y vivir la vida, pues no es solo viajar, es conocer múltiples e inimaginables opciones, es crecer, es aprender a valorar y aprender a agradecer.

India es un viaje en el tiempo; saltando de lo medievo a lo surrealistamente moderno, un mundo aparte donde la alegría, la fe y la esperanza muestran lo más increíble del lado humano.
También es un viaje interior, pues te pondrá a prueba.
India, te puede encantar o puede que no te guste nada, pero no te dejará indiferente.