miércoles, 4 de noviembre de 2015

Un Japón Delicioso **Loving Japan**


En algún lugar a los pies de la gran cordillera, Aurora nació en un pueblito remoto, inmerso en las grandes llanuras andinas, muy alejado de toda civilización. 

Apenas recuerda su infancia, que fue corta, sólo mantenía un extraño recuerdo; una "imagen" más bien, pues nunca pudo ser real. 

Con el Tiempo, esa "imagen" se convirtió en su feliz obsesión. 
Fue un instante, pocos meses después de cumplir los 8 años, vio una Geisha, fue un suspiro en el tiempo, pero esa "imagen" le acompañó para siempre.  

Casualmente, solo unos días tras su visión, encontró un libro de Japón, donde en una ilustración, pudo focalizar su fe. 

Los comienzos, los que Aurora recuerda, fueron duros. Creció en su humilde morada, pero poco a poco aprendió las reglas de juego y se convirtió en una gran mujer; poderosa, temida y cruel. 

Siempre estuvo sola, desde niña, y no encontró el momento de traer descendencia ni dio oportunidad al amor, pues lo único que supo amar, era su geisha imagin-hada. 

Un Noviembre, con 88 años y alejada ya de sus negocios, Aurora tuvo la oportunidad de viajar a Japón. Cuando sus pies pisaron Kyoto, su corazón se volcó.
Anduvo por empedrosas calles bajo el color del momiji (se cuenta, que todos los noviembres, el demonio visita Kyoto, tiñiendo los árboles de rojo púrpura); y bajo el rojizo color otoñal, mejor que en cualquier sueño, no vio una geisha, sino a su delicada y celestial Geisha que resplandecía e irridiaba infinita juventud. 

Aurora se dejó caer, postrándose ante ella y dijo: "Eres lo más bonito que nunca ví". Hikari abrazó a la anciana y rompiendo todo estereotipo marcado, la tomó de la mano y se la llevó. 

Parecía un arpa pero no. La bella Hikari tocaba el Koto, produciendo un sonido similar al arpa. Durante horas la entretuvo y deleitó con sus artes y fueron éstas horas, las más plenas y felices de la vida de ambas.

Aurora miró a Hikari a los ojos y dijo: "Ojalá pudiera vivir siempre aquí, pero a  mi edad...soy feliz y ya puedo  morir". 
Hikari respondió con su mirada a Aurora, ya no tocaba el koto ni cantaba, el silencio se apoderó del lugar y cuando ambas miradas coincidieron, ambas lo supieron(**). 

Hikari, con un delicado movimiento alargó su brazo y sus dedos hasta alcanzar la katana a su espalda. Se la clavó a Aurora sacándole el corazón y aún latiendo, encajado en el frío metal, Hikari devoró el alma de su gemela y sorbió su sangre hasta dejarlo seco, la mejor receta para la eterna juventud. 

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(**80 años antes)
Hikari, que significa Luz, y Aurora, gemelas, fueron brutalmente separadas al cumplir la edad de 8 años, al poco de morir sus padres. Mientras Aurora creció abandonada a su suerte, Luz acabó en otra parte del mundo recibiendo una deliciosa enseñanza al más puro estilo oriental, convirtiéndose en Hikari.
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Así, Aurora y Hikari permanecen juntas en Kyoto, unidas para la eternidad. 

Si eres como yo, apasinad@ de Japón, VEN, Busca a Hikari y quedate con nosotr@s para siempre. !Te esperamos!

Sayonara